El rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Francisco Javier Domínguez Garay,  exhortó a las Instituciones de Educación Superior (IES) a sumarse a la defensa de la universidad pública y su autonomía.

El futuro del país –afirmó- depende en mucho de estas casas de estudio  pues, además de tener presencia “en todos los rincones y regiones del país”, están en todas las esferas,  desde la social y económica- productiva, hasta la cultural,  política y científico-tecnológica.

Domínguez Garay sostuvo un encuentro en la Universidad de Guadalajara (U de G) en el que participaron  rectores de ocho universidades públicas para manifestar su solidaridad a dicha casa de estudios, a la que el Gobierno de Jalisco adeuda más de 700 millones de pesos.

El rector de la UAZ destacó que, a pesar de que se ha buscado disminuir la  importancia de las IES públicas, es perceptible su papel en los ámbitos sociales económicos, productivos, culturales y políticos, en la investigación científica, desarrollo de la tecnología, obras de infraestructura, edificación de obra pública y de vivienda, entre otros.

En ese sentido,  dijo que las universidades e instituciones públicas de educación superior “no limitan su papel sólo a la educación, a la formación de profesionistas de calidad, preparados de manera integral y comprometidos con su comunidad y su país”, que es su tarea prioritaria.

Por el contrario, éste se extiende  a la generación de conocimientos científicos, la investigación (realizada por pocas instituciones privadas), la extensión y la difusión cultural.

“Entendida de esta manera, la educación superior pública requiere la corresponsabilidad estatal para su financiamiento. No es responsabilidad exclusiva del Gobierno Federal, sino que exige la participación de los gobiernos estatales”, indicó Domínguez Garay.

Esta corresponsabilidad  -añadió- es indispensable en la aportación de los gobiernos estatales en los recursos extraordinarios obtenidos por la Universidades Públicas Estatales (UPES).

Adeudo gubernamental
Pero desde 2007 –de manera semejante a lo que pasa en la U de G-  existe un adeudo a la UAZ de 122 millones de pesos por este concepto.

De acuerdo con el rector de la UAZ, esta deuda “ha significado, sobre todo, que no se haya podido continuar con la política de desconcentración hacia más municipios, permitir un incremento de la matrícula y una mayor diversificación de la oferta, sobre todo en nuevas opciones educativas”.

Amenaza contra la autonomía
Por otra parte, externó su  preocupación por “el embate en contra de la universidad pública y de uno de sus principios fundamentales: la autonomía universitaria, consagrada en  la Carta Magna.

Esto sucede en la Universidad de Guadalajara, en la Juárez del Estado de Durango (UJED), en la Autónoma de San Luis Potosí, “y la amenaza de hacer lo propio a nuestra Universidad, se ha pretendido –y se pretende- una injerencia externa”.  

En la UJED, como se ha querido plantear para la UAZ, el pretexto ha sido la reforma a la Ley Orgánica, de manera unilateral por el Congreso del Estado, “con una clara intencionalidad”, sin considerar a la comunidad universitaria, expresó.

Para la Universidad Autónoma de Zacatecas –añadió Domínguez Garay—“se ha planteado apenas la intención de someter a la consideración una propuesta de reforma para modificar el modo de elección, como en el caso de Durango.

Asimismo, en fecha reciente, el  Congreso del Estado de San Luis Potosí  “ha pretendido asumirse como el que defina el presupuesto de la Máxima Casa de Estudios, violentando de manera flagrante la autonomía universitaria”.
 
De la misma manera,  advirtió que se ha pretendido disminuir la importancia de  la Universidad Pública, al considerarla ineficiente o muy costosa,  “como si el móvil fuera la ganancia”.

Con frecuencia –dijo- se olvida “que nuestras universidades tienen una demanda mucho mayor de jóvenes, con presupuestos per cápita menores”, y que al favorecer a la educación privada se acentúa aún más la desigualdad social.

Universidades, generadoras de estabilidad y desarrollo
El futuro de México, dijo, depende en mucho de las universidades y las instituciones públicas de educación superior, que han sido y son un factor fundamental en la gobernabilidad, en el mantenimiento de la estabilidad y desarrollo del país, así como un espacio para la movilidad y el ascenso sociales.

“Están llamadas a jugar un rol importante en la generación de más y mejores oportunidades para las comunidades y familias. Es decir, para ofrecer un futuro mejor. Educar es ofrecer futuro”, aseveró el rector de la Universidad Autónoma de Zacatecas.  

En ese contexto,  expuso que en entidades como Zacatecas y otras con alta tasa migratoria “las universidades públicas han desempeñado un papel de primera magnitud en disminuir las tendencias expulsoras de mano de obra, con sus efectos en la desintegración familiar y social”.

Domínguez Garay planteó que las universidades, sobre todo las públicas, pueden contribuir con la presentación de diagnósticos y alternativas para tratar de solucionar los grandes problemas nacionales.

Sin embargo, “de manera paradójica se reducen o no se proporcionan los recursos suficientes, con meros criterios contables y de ajuste presupuestal. Además, se aplican políticas excluyentes y poco claras para la investigación; se violenta la autonomía universitaria en diferentes estados, se regatean o se escamotean los recursos en los ámbitos locales”.

En la reunión, encabezada por el rector de la UNAM, José Narro Robles,  estuvieron presentes los rectores de las universidades de Sinaloa, Nayarit,  Morelos, Michoacán, Hidalgo y Coahuila, además del secretario general de la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior), Rafael López Castañares.

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