Viernes 19 Abril 2024

Muere Benjamín Morquecho: siembra generaciones ávidas de Letras

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Duele.

Benjamín Morquecho Guerrero murió en la flor de la sabiduría. Su paso por el mundo no fue como el del resto de las personas, tocó vidas y sueños, pero lo más importante es que iluminó mentes de estudiantes con huaraches y morrales, que entendimos que la única forma de acercarnos a la grandeza era por medio de la lectura.

Sus pasos por el edificio de la Escuela de Letras eran cortos y siempre iba despacio, yo tenía la idea de que lo hacía para darle tiempo a la gente que se encontraba de acercarse y saludarlo, y recibir siempre el mismo comentario amable y bonachón que solo un hombre como él podía darse el lujo de ofrecer.

Sabía quién era y no necesitaba un séquito de admiradores que le recordaran su grandeza. No era un pretencioso intelectual que caminara como si el mundo siempre le quedara pequeño, para él, el mundo tenía la dimensión que en realidad poseía. Era un hombre como todos nosotros, solo que él era más sabio.

Ávido de conocimiento, fervoroso lector  y gentil escritor. Era un cantante encerrado en el cuerpo de un maestro de Letras.  Una de las cosas más bellas que recuerdo de él es cuando dejaba salir de su pecho una tonada fuerte cercana a la de un tenor en crecimiento, era la señal para que saber que él seguía ahí, escuchando y haciéndose escuchar.

Todos teníamos la certeza de que ante cualquier vicisitud su generosidad en todos los aspectos podría respaldarnos. Ayudaba a quien lo necesitaba, era un amigo, un excelente maestro, un magnífico catador de vinos que sabía disfrutar la compañía que tuviera.

Recuerdo una mañana que su carcajada se apoderó del aula. “Alguien” había señalado en los pasillos que Morquecho solo daba clases chiquitas, que no cumplía con el horario y eso “no era bueno”. Nunca supimos quién fue el osado que intentó quejarse del viejo, pero él nos contó la anécdota y como siempre ganó la conversación diciéndole al crítico: “Lo que yo les enseño en una clase de 45 minutos, tú no podrías hacerlo ni en una semana”.

Y era verdad, sus clases eran conversaciones, eventos juiciosos y anecdotarios. Contaba sus encuentros con las personas que lo confundían con García Máquez, pero solo para engañarnos y después, de la nada, explicarnos qué era el realismo mágico.

Sabíamos que no era el tema de su clase, pero la charla era tan rica que cualquier cosa que saliera de su boca podía ilustrar a quienes teníamos la fortuna de estar cerca de él.

Después de esa ocasión decidió que las clases a partir de ese momento serían en su casa. Nos sentaba en su biblioteca, siempre señalando que tuviéramos cuidado al subir la escalera, porque “era traidora”.  Nos sentaba en semicírculo, nos brindaba una copa de vino y después iniciaba la charla.

Hoy murió.  Quizá si hurgamos entre los acontecimientos importantes del mundo encontraremos que alguien muy famoso nació o murió hoy, pero eso no importa, solo importa que hoy Zacatecas se quedó sin un tenor nato, sin un lector prudente, si un hombre generoso a quien muchos recordaremos siempre como lo que fue: Don Morque. El miembro de una buena  familia pinense, porque “cualquier familia que se crea buena debe tener entre sus miembros un cura, una borracho y una puta”. Sonreía y decía: “en la mía no solo hay un borracho. Somos mayoría.”

Hoy esperemos el sonido de las campanas que doblarán por él,  para abrir su paso a donde él y su espíritu de libertad quieran ir.
Descansa en paz Morquecho, mi maestro, mi amigo, nuestro amigo.

El funeral de Benjamín Morquecho es en la Capilla Sixtina. La misa será a las 12 del mediodía de este sábado y al terminar  recibirá un homenaje de cuerpo presente en el teatro Frenando Calderón, a la 1:30.

*    Eva Gaytán es periodista, conferencista, licenciada en Letras y maestra en Investigaciones Humanísticas y Educativas.

FOTO: CONACULTA