Sábado 20 Abril 2024

Sobrevive oficio de criar palomas mensajeras

Indispensable en diversas épocas de la historia, especialmente en la primera y segunda guerras mundiales, para el envío de mensajes a grandes distancias, hoy la colombofilia lucha por no extinguirse ante los avances tecnológicos que facilitan la comunicación.

La colombofilia es la afición a la crianza, adiestramiento y cuidado de palomas mensajeras, oficio que en Zacatecas apenas sobrevive, pues del millón y medio de habitantes del estado sólo 40 personas la practican.

Actualmente en el estado existen alrededor de 40 colombofílicos organizados en 2 asociaciones civiles, que tienen su sede en Guadalupe, considerado en Zacatecas el más importante en la práctica de la técnica de crianza y adiestramiento de palomas mensajeras.

José Eduardo Martínez Villalpando, presidente de la Asociación Colombofilia Deportiva de Zacatecas (ACDZ), aclaró en entrevista que el adiestramiento de palomas ya no es para envío de mensajes, como antaño sucedía.

Explicó que su uso fue en declive tras la aparición, en su momento, de innovaciones como el telégrafo, teléfono e internet, cuando antes era estratégica en los ejércitos para solicitar refuerzos o avisar de ubicaciones.

Ahora, la colombofilia es un hobby que se practica para realizar competencias, pues ya no se envían mensajes, pero se premia a las más veloces y fuertes, por lo que en el estado existen unas 3.500 palomas mensajeras.

En la década de los 80, en Zacatecas surgió la ACDZ y uno de sus fundadores es Ranulfo Díaz, quien por un tiempo se alejó de este hobby. Hace 5 años lo retomó y es reconocido por los triunfos de sus palomas.

En entrevista para Notimex, acompañado del también colombofílico Javier Becerril, Ranulfo Díaz muestra con orgullo su colección de relojes checadores y su palomar. Este último se encuentra en la azotea de su casa, en la cabecera municipal de Guadalupe.

Ahí, cría, cruza, aquerencia y adiestra a decenas de palomas que vuelan distancias de entre 150 y 600 kilómetros, según se trate de etapas de una competencia o de un derby.

Son diversas razas de palomas las que se cruzan para obtener las mejores especies, con alimentación adecuada y entrenamiento constante, para crear castas triunfadoras, que en el mercado llegan a cotizarse en altos precios.

Las palomas mensajeras se aquerencian o acostumbran en el lugar donde nacieron, luego en vehículos se llevan a los sitios desde donde serán soltadas para volver a sus palomares.

En la pata llevan un aro de identificación que a su llegada al palomar el adiestrador de inmediato registra en su reloj checador, luego comparan tiempos entre los competidores para obtener a la ganadora, que recibe un reconocimiento o premio económico.

Diego Martínez de la Cruz es un joven que desde 2006 práctica este pasatiempo y es miembro de la Unión Colombófila Alas de Plata. Sus palomas las trae de Guadalajara, Jalisco, donde existen las de mayor calidad del país.

Él ha participado en unas 20 competencias y aunque sus especímenes no han ganado ningún primer lugar, dice que practica esta técnica porque le gusta y para que no se pierda, pues considera que a este oficio le hace falta más difusión y apoyo.

La palomas mensajeras se dividen en pichones (con hasta 12 meses de edad) y adultas (mayores a un año), además se les da un cuidado y alimentación diferentes si están en competencia, descanso o reproducción.

De esta forma, los colombofólicos rescatan en el estado la técnica de adiestramiento de palomas mensajeras, siendo sus guardianes y tratando de eliminar la creencia popular de que son una plaga dañina para el patrimonio y transmisoras de enfermedades y parásitos.

Erguida, soberbia, de brillante plumaje y hermosos colores, fuerte e inteligente, la paloma mensajera fue considerada heroína de guerra al salvar vidas y ayudar a ganar batallas; hoy, para los colombófilos, es una atleta de alto rendimiento.