Entre lágrimas, esperanza y un sentido llamado a los padres de familia para inculcar valores y cuidar a sus hijos se realizó la marcha convocada por la asociación Familias Unidas en Busca de una Esperanza.

Un centenar de personas, principalmente madres de jóvenes desaparecidos, partieron de la Alameda hacia el Congreso del Estado y de ahí a Plaza de Armas, en donde hicieron un pase de lista, nombrando a más de 20 desaparecidos.

Mujeres marcharon con cubrebocas con la leyenda “¿Dónde están?”, pancartas con las fotografías y nombres de sus hijos, así como rosas blancas que les fueron obsequiadas.

Guillermina Camacho relató que desde hace un año busca sin cesar a su hijo Jorge Alberto Salinas, quien al día de hoy tiene 18 años 1 mes.

“Lo estamos esperando, las puertas están abiertas”, dijo la mujer con visible dolor, quien durante este tiempo ha ido a buscarlo a ciudades como Guadalajara y Aguascalientes, en donde le han dicho que lo ven.

Al desaparecer su hijo, presentó una denuncia ante la ahora Fiscalía General de Justicia del Estado. Al inicio iba diario en busca de noticias y posteriormente cada mes, pero la respuesta era la misma, ninguna.

Reconoció que los padres ignoran detalles de la vida de sus hijos, por lo que hizo un llamado a la gente a decirles a los papás si ven que los jóvenes andan con malas compañías.

Guillermina lamentó que como padres tienen limitantes para buscar a los desaparecidos, pues tienen que atender a sus demás hijos.

“Cuando falta uno, ya nada es igual. Hay mucha soledad y dolor, la familia se desintegra poco a poco”, lamentó ante reporteros, que la entrevistaron en Plaza de Armas.

A los políticos que andan en campaña les pidió que eviten promesas falsas y en su lugar busquen soluciones para las familias que viven en esta desesperación.

Nacacia Briseño, otra de las madres que participó en la marcha, llamó a los padres de familia a que cuiden mucho de sus hijos y les enseñen valores, que no piensen solo en el trabajo o el dinero, porque la vida no tiene precio.

Le envió un mensaje a su hijo Pepe, desaparecido hace 1 año 8 meses en Plateros, Fresnillo. Le dijo que lo aman y esperan, y que no se olvidarán de él. “Si el sistema lo sepulta, yo no”, expresó entre lágrimas.

A los jóvenes les pidió que se cuiden mucho, pues por curiosidad se meten en las drogas y terminan mal.

Esta fue una “marcha espejo” a las realizadas en varias ciudades del país, por convocatoria del colectivo Familias Unidas en Busca de una Esperanza y otras organizaciones.

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