Este sábado, por complicaciones respiratorias, falleció a los 59 años de edad uno de los sacerdotes más queridos en Zacatecas, conocido por sus programas de radio, ofrecer comida gratuita a los más necesitados y su amabilidad.

En enero del año 2000 fundó la Asociación Civil Ayudando, que administra el comedor San Juan Pablo II, donde realizó una intensa labor de gestión por lo que menos tienen, incluso durante la pandemia ha continuado trabajando con comida para llevar.

Migrantes, indigentes y las personas que acuden al Hospital General de Zacatecas, al de la Mujer o a otro y que esperan afuera, aún sin saber del padre y su fundación, eran parte de los beneficiados.

Su labor humanitaria, a favor de migrantes, niños, jóvenes y adultos en situaciones de vulnerabilidad fue reconocida en 2016 cuando se le entregó el Premio Estatal de Derechos Humanos Tenamaxtle.

Nacido en Colotlán, Jalisco, fue el segundo de 14 hermanos y durante su infancia y adolescencia se dedicó a diversos trabajos como cargador, vendedor de chicles, ayudante de panadero y otros que le dejaban algo de dinero para llevar a la casa, donde eran muy pobres.

Aunque soñaba con tener una profesión como médico, encontró su vocación en el sacerdocio, a la que dedicó más de 3 décadas y, a pesar de su condición de salud que se agravaba con los años, no dejó de ejercer, ni la pandemia lo detuvo, gracias a que podía ofrecer misas a través de internet.

En su última homilía en la misa del domingo 18 de octubre dijo: “no es el objetivo de esta tierra, de estar aquí venir a hacernos ricos en dinero, hemos venido a amar y ser felices”.

En el servicio a Dios, que se reflejaba en el servicio a los demás, el padre Luis Salazar encontró la manera de ser feliz.

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