De manera violenta, miles de migrantes centroamericanos ingresaron a México luego de derribar vallas metálicas que limitaban la frontera con Guatemala, hecho que fue ampliamente documentado y difundido a través de la web.

Se estima que son alrededor de 3.000 personas las que conforman la llamada caravana migrante, cuya irrupción dejó lesionado a personal de la policía mexicana, así como a algunos reporteros.

Alfonso Navarrete Prida, secretario de Gobernación, declaró a la prensa que con este ingreso violento se rompió un posible acuerdo para tener un ingreso controlado al país.

En un mensaje a medios, el canciller Luis Videgaray destacó que la posición del Gobierno Mexicano será de respeto a los derechos humanos y a la dignidad de las personas, particularmente a los más vulnerables, conforme a las leyes y los procedimientos establecidos.

Ambos funcionarios federales y el Gobierno de Chiapas informaron que se realizarán operativos fronterizos para evitar delitos.

La caravana atravesó el puente del río Suchiate y tras cruzar la frontera se dispersa por territorio mexicano con el objetivo de llegar a Estados Unidos.

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